Un partido como el de este miércoles (20.45 horas) ante Holanda (o mejor dicho, ante Países Bajos, como ahora exigen denominarse) siempre va a traer a la memoria grandes recuerdos a la afición española. Hace algo más de diez años que la Roja levantó su única Copa del Mundo ante la Oranje tras un tenso partido decidido en la prórroga por un gol de Iniesta que hizo gritar al unísono a todo un país.
Eran tiempos distintos para las dos selecciones, ahora inmensas ambas en un cambio generacional que retrasaron todo lo posible pero que se hizo inevitable y ha hecho que ninguna de las dos juegue la final de un gran torneo desde que en 2012 España levantara en Ucrania su segunda Eurocopa consecutiva.
Ya tuvo Holanda su revancha en el Mundial de 2014 en un partido que fue el comienzo del fin de todo, un final de ciclo cruel en el que España vio como el rival al que había doblegado hacía cuatro años le pasaba por encima (5-1) en el primer partido de una Copa del Mundo que acabó de manera prematura para la selección de Vicente del Bosque, con la eliminación en la fase de grupos. Unos meses después, en marzo de 2015, de nuevo ganó la Oranje a España (2-0), esta vez en un amistoso intrascendente pero que venía a ratificar el declive del combinado español.